viernes, 4 de diciembre de 2009

Juan Ramon


ACTO DE ENTREGA DEL PREMIO LINCE 2008.

Hoy es uno de esos días que se guardan en el baúl de la memoria…de esos, para entendernos, y utilizando un símil futbolístico, con sensaciones parecidas, indudablemente no iguales, a las que sentimos al ganar la Eurocopa, la séptima del Madrid o mejor aún, la primera vez que la A.D. Cardeña ganó la Copa Diputación y que tanto celebramos con nuestro entrañable presi, Pablo López. Luego, también, recordamos otros días… pero esos, esos no son para contarlos en público…

Alguien dijo que la felicidad, la verdadera felicidad, es un estado de plenitud interior imposible de trasladar y hacer llegar a los demás. Por difícil que sea, pretendo compartir lo que siento, al recibir este premio, con todos ustedes y con otras muchas personas que sin estar aquí también me acompañan. Premio del que ya les anticipo soy un mero receptor que no titular ya que simplemente he tenido la suerte de formar parte de una generación que aprendió de otros, que antes lo aprendieron de otros, a defender, proteger, conocer, valorar y expandir la rica biodiversidad del magnífico entorno que nos cobija. Me hace feliz pensar que tal vez con nuestro trabajo podamos ayudar al aprendizaje de los que nos siguen, y me hace feliz, también, vincular a este premio a todas esas personas anónimas que sintieron, vivieron y trabajaron a la sombra, sin cuya labor difícilmente se hubiese conseguido preservar este patrimonio. De su ejemplo de veneración y lucha por este territorio, hemos heredado el amor por lo que nos rodea, hemos entendido lo beneficioso que es usarlo, cuidarlo, que perdure y podamos legarlo. Se nos ha transmitido una cultura, con mayúsculas, de la dehesa y el bosque mediterráneo, caudal que soporta el aval de futuro de Cardeña, modelo socioeconómico sostenible que conjuga el equilibrio entre lo que tenemos – nuestros recursos – y el progreso – cómo vamos a vivir de ellos –.

Cardeña es un claro ejemplo de sistema agrario –especialmente su dehesa- ciertamente singular, en el que el hombre ha sabido sacar una alta rentabilidad a un suelo pobre y a unas condiciones geoclimáticas desfavorables conjugando de forma armónica aprovechamientos agrícolas, ganaderos, forestales y cinegéticos, amén de otra serie de actividades económicas más recientes que se relacionan con el turismo rural y la educación ambiental. Vaya desde estas líneas el reconocimiento a mis vecinos y nuestra gratitud por habernos permitido, con su confianza durante tanto tiempo, realizar aquello por lo que hoy se nos premia.

¿Y qué fue lo que hicimos? Simplemente apostar por los mayores activos que posee Cardeña: su espacio natural, su identidad como pueblo y su gente. El camino fue largo, muchas veces angosto, con luces y sombras, pero siempre estimulante….Sabíamos que no tenía final, que otros tienen que continuarlo, y que andarlo suponía reivindicar nuestro derecho al horizonte y a seguir avanzado en nuestra corta historia. Aprendimos que no se podía estar en la cárcel y con miedo y que el valor de lo que se hace no está en el tiempo que se tarda, sino en la intensidad y el compromiso para lograrlo. Por eso existen momentos inolvidables, cosas inexplicables y personas inigualables, a las que más tarde haré mención.

Momentos inolvidables, como ser pioneros en la recuperación de la red pecuaria de nuestro término, como disponer de un Inventario y Clasificación de Caminos de Dominio Público, o cuando inauguramos nuestro pequeño Jardín Mediterráneo o aquel día que por primera vez miramos al cielo, con el amigo Jesús Tejederas – que buenos cielos tenga -, desde nuestro Mirador Astronómico…. A ver quién nos podía prohibir mirar hacia arriba y poner el cielo en valor como recurso. Era así, con vocación pública, imaginación, buenas ideas, pequeños equipamientos y grandes esfuerzos como intentamos paliar la ausencia de espacio público y la estructura de propiedad existente en Cardeña, mayoritariamente privada.

Cosas inexplicables, lo que tardamos y lo que penamos para colocar la primera piedra del Centro de Recepción de Visitantes en Cardeña y la cantidad de dinero público que lleva enterrado el Camino del Cerezo y lo mal que se circula por él. No deja de ser curioso que un camino que se ha venido reivindicando como muy necesario para el desarrollo económico de la localidad fuera motivo de una manifestación en contra de su deslinde. De todas formas, la “ingeniería” ha avanzado mucho en estos dos últimos años y la solución al problema parece inminente.

Es evidente que el día a día de los pueblos pequeños es una historia de superación continua, de supervivencia pura y dura. Por tanto, y aprovechando la presencia en este acto de representantes de varias administraciones, demandamos – como hemos hecho en multitud de foros diferentes – que exista un retorno, por parte de la sociedad y de la administración, que evite que los pueblos, su acervo cultural y singularidades, en resumen, los hombres y mujeres que vivimos en ellos, no nos convirtamos en especies protegidas…

Antes decía que existen momentos inolvidables, cosas inexplicables y personas inigualables. La historia está repleta de hombres y mujeres que han contribuido de forma eficaz al progreso de su comunidad y que nunca han recibido el aprecio o la gratitud de sus contemporáneos. Yo no sería honesto si en un momento como éste no diera, aún a riesgo de aburrirles, el nombre de todas esas personas que de un modo u otro han estado a mi lado en este periplo de mi vida….como diría Amaral, “sin ellos, yo no soy nada”…Con todos, y cada uno, es mi intención y mi deseo compartir este premio.

Me estoy refiriendo a mis amigos de GRUNACA – Paco, Pedro, Javi y los Juanes -, de Guadamatilla – Miguel Aparicio, Pedro López, Dani Fernández -, de la Asociación Senderista “Amigos de la Marcha” – Antonio, María, Miguel, Mª José, Juanito, Pepa -, de la Agrupación Astronómica Cordobesa – Jesús, Antonio Becerra, Pepe Urbano, Paco Bellido, Jesús Rafael, Manolo Barco, Gerardo Ortiz, Xavi Roura -, del CEAPAT – Pepe Malo y José Manuel Mera -, de ADROCHES – Lola, Pedro, Manuela -, de PRASA- Joaquín Criado-, de la UCO – Manolo Torralbo, Bartolomé Valle, José Manuel de Bernardo, Maribel García, Antonio Barragán, Eugenio Domínguez - y de la UCM – Fco. Díaz Pineda, Alejandro Rescia, Ester Pérez -, de Zumaya Ambiente Creativo – Antonio, Gloria y Juanillo – con los que redactamos nuestra Agenda Local 21 y algún que otro proyecto, a Manuel Pérez y Ana Mª Cuenca, a Manolo Rivera, a Paco Sánchez Polainas y Elías Casado, a Rafa Obregón, a Carlos y Cati, a Américo, a los Julios – Robledo y Bordás – y sus respectivas, a Ana Belén, a Alfonso, a Juani, Adriana, Lucía y Toñi, a los trabajadores del Ayuntamiento de Cardeña – especialmente Pepe, Julio y Juan que fueron mis piernas -, a Mané y Pilar, a Juan Palomo y Silverio, a Amparo, a Kiko, a Sergio, a Pepa, a Gloria, a Pepe Castro, a José Manuel Hernández, Toñi y Maxi, y a mi secretaria favorita, Puri…De ellos aprendí y no sólo se implicaron, se comprometieron e hicieron suyo todo lo que acometimos, sino que aportaron ideas, lo innovaron, lo mejoraron y lo hicieron crecer Ha sido un lujo tenerles cerca y trabajar codo a codo con todos ellos.

Hablo de mis compañeros del equipo de gobierno, de Antonio Pizarro, de Calixto, de Jesús, de Isabel, del bueno de Pepe Merchán, de José Antonio, de Juan, de Félix, de Luís, de Justi, de Manoli,… me ayudaron, me cuidaron, me lo hicieron todo fácil y, encima, me aguantaron. Un placer, haber compartido esfuerzos, ilusiones y… ferias.

Y, por supuesto, me refiero a Catalina, a mi jefa,…. Se me hace difícil qué decir porque, indudablemente, he vivido con ella anhelos, empeños, sacrificios, alegrías, tristezas, insomnios y hasta, si me apuran, utopías. Me admira su capacidad de aprender, su valentía, a veces desmesurada, y cómo ha sobrevivido en un medio hostil por ser mujer. La he visto dejarse parte de sus mejores años, aún le quedan muchos y muy buenos, luchando por y para que Cardeña sea hoy lo que es. Creo, sinceramente, que es tan acreedora, o más, que un servidor a recibir este galardón porque, al fin y a la postre, era quien gestionaba y responsable última de todo lo realizado. Gracias por tu confianza, espero haberla merecido. Ha sido un honor “andar” esta singladura contigo.

Tampoco puedo olvidarme de mis “otros” amigos – ellos saben quienes son - … y de mi familia que siempre estuvo ahí, que siempre respondió a cualquier solicitud mía y que se sacrificó por mí. Especialmente de mi madre, Rosalía, que es la gran damnificada de esta historia. Madrugó para que llegase temprano y trasnochó para que yo tuviera más tiempo. Soportó mis frustraciones, mis angustias, mi mal humor….y rara vez se quejó.

Convendrán conmigo que soy un tipo con suerte. Que haber disfrutado del privilegio de hacer lo que a uno lo hace feliz, que hace lo que a uno le gusta hacer, que cree en lo que hace y que además percibe que la gente lo quiere, más que méritos para que le otorguen un premio, lo que tiene es el favor de los Dioses..

En muchas ocasiones he dicho que soy afortunado al nacer donde nací. Rainer María Rilke dijo que “la verdadera patria del hombre es su infancia”. Cardeña es mi origen, mi juventud, mi madurez – si la tengo -, mi seguridad, mi libertad, mi imaginario, mi progreso como hombre,… aquí nunca he sido consciente de mis limitaciones, sencillamente porque no las he tenido. Con mis acciones, con mis actos, con mi compromiso, independientemente de ideario y ética, perseguía y pretendo saldar la deuda de gratitud y solidaridad que tengo con Cardeña, aunque es obvio que voy a continuar en números rojos por mucho tiempo.

Quiero agradecer a mi alcalde, Pablo, el haberme propuesto como candidato al Premio Lince 2008, al Pleno Municipal de Cardeña su ratificación unánime, y a la totalidad de miembros de la Comisión Evaluadora del Premio Lince y de la Junta Rectora del Parque Natural de la Sierra de Cardeña y Montoro su aprobación unánime.

Y permitidme terminar con un texto que aparecía en la Declaración de Río, en 1992, que pienso aúna la voluntad de los asistentes a este acto y que tiene plena vigencia: “La salvación del planeta y de sus pueblos presentes y futuros exige la creación de una nueva civilización fundada sobre una ética, que determine y se base sobre los límites, la prudencia, el cuidado y el respeto por la diversidad, la solidaridad, la justicia y la libertad”.

Me siento muy honrado al recibir y compartir este premio… ¡Muchas gracias!

Cardeña a 23 de noviembre de 2009.

1 comentario:

  1. Sin desmerecer a nadie, pero pocas veces el premio Lince ha sido ha sido concedido con mayor merecimiento. Para colmo, Juan Ramón se ha encargado de repartirlo, dándonos un pellizco de emoción, que cada cual ha intentado disimular como dios le dio a entender: mirando para el techo o apurándonos con el pañuelo a quitar esa mota que casualmente nos había entrado en el ojo.

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